+56 9 8409 9118 contacto@bioarq.cl
Arquitectura Bioclimática
Nuestros abuelos sabían perfectamente hacia donde estaba el norte para orientar los recintos de mayor utilización, como dormitorios, comedores, living, cocina, etc., o que en el sur se debía construir la pared más sólida y con menos vanos (ventanas), o cómo utilizar ciertos materiales con determinadas propiedades térmicas, como la madera o el adobe, o cómo lograr una correcta ventilación de forma pasiva, ¿Nunca han sentido el agradable frescor de un patio interior en un convento en meses de verano? ¿o cómo al entrar en un recinto que tiene acristalamientos hacia el norte, se evita el uso de calefacción en invierno? La Arquitectura Bioclimática está altamente arraigada en las construcciones vernáculas (antiguas) de las distintas civilizaciones, ésta se daba de forma natural por experimentación a través de distintas generaciones y se trasmitían los conocimientos de padres a hijos. No existía el aire acondicionado para refrigerar o calentar un recinto artificialmente, tampoco se conocían ventiladores mecánicos y las construcciones eran muy confortables. Todos estos conocimientos heredados por miles de años se dejaron de lado en el periodo de industrialización, en donde se incorpora en forma masiva la utilización de combustibles fósiles, como medio de generación de energía.
Es en la primera crisis energética, en la década de los años setenta, que nace la Arquitectura Bioclimática, ya que surge la preocupación en distintos puntos del mundo por retomar los conocimientos ancestrales olvidados en el periodo de industrialización y plantea retomar el uso consciente de la arquitectura vernácula, integrando los conocimientos científicos que nos aporta la tecnología actual y complementarlos. Por ejemplo en la actualidad no se utiliza un muro de adobe u otro material de un metro de espesor para conseguir una estabilidad térmica en el interior del recinto, hoy se utilizan aislantes térmicos que cumplen de igual manera pero con un espesor muchísimo menor.
Los fundamentos de la AB son aunar esfuerzos para desarrollar una arquitectura más armónica con el medio que la rodea, utilizar los recursos de forma consciente, estudiar el medio físico ambiental en donde se emplazará el proyecto, para usarlos en beneficio del mismo. Es por esto que los factores climáticos como: vientos dominantes, humedad relativa, altitud, latitud, pluviosidad, temperaturas, masas de agua o montañas, etc. pueden hacer variar totalmente un diseño de una localidad a otra, y son de vital importancia al momento de diseñar para hacer más eficiente el proyecto de arquitectura. Sólo con utilizar las condicionantes climáticas de forma correcta, como: una adecuada orientación de los recintos en sus ejes cartesianos, elección de materiales y colores adecuados, aislante térmicos bien dimensionados e instalados y aprovechar la inercia térmica del edificio, se ahorra un 70% en climatización. Y esto no es un problema de gastar más, sino más bien de aplicar los conocimientos de ahorro energético al proyecto
Así, un proyecto arquitectónico de gran rendimiento energético, no tiene por qué ser más caro que uno convencional, no es necesario instalar extraños y costosos sistemas de alta tecnología, sino de jugar con los elementos arquitectónicos para incrementar la eficiencia energética del edificio de forma pasiva y natural.